No obstante, hay que utilizar el ritmo con moderación; el abuso de su uso puede conducir a la monotonía y al aburrimiento. Se puede resolver ese problema introduciendo un elemento que rompa la monotonía de la fotografía y aporte interés a la imagen. Por ejemplo, suele resultar muy interesante la fotografía de una empalizada con todos sus componentes perfectamente mantenidos y pintados salvo uno que esta torcido o despintado.
Si a éste se lo ubica siguiendo la regla de los tercios, generará una agradable sensación de sorpresa. El uso del ritmo como elemento secundario es muy recomendable y suele dar fantásticos resultados.
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